miércoles, 22 de agosto de 2012

Tengo una panza enorme.
Tengo una panza enorme y preñada,
pero está hueca.
De mis ojos salen las hormigas.
En las piernas un aleteo.
Mi mano merece ser bautizada
por el rito cristopagano 
―pero ella también está preñada y seca
porque no la trajeron los pájaros
En mi mano permanece el recuerdo de un sombrero de copa
y sujeta ese artilugio
con el que deshonro papeles.

viernes, 17 de agosto de 2012

Confesión de la que se acostó contigo con ojos de amor eterno

Si los astros nos hubiesen bendecido, puede que ahora estuviésemos follando como locos, o viendo una película regulera en el sofá con las piernas hechas un nudo, o calcándonos a esos que van a Ikea a gastar suelas y tiempo porque ya no saben qué carajo hacer antes de caer en una espiral sadomasoquista. O tal vez hubiésemos sido diferentes. Eso es lo que tú piensas, pero sólo somos diferentes cuando estamos solos.
......Yo también te quería, pero una voz de liliputiense que me venía de no-sé-dónde insistía en que no fingiese. No era nuestro momento. Y la expresión da tanto asco por lo tópica que resulta que debería haberla redondeado plantándote delante una enorme copa de helado mientras te la decía, joder. En realidad fueron unas cervezas. En realidad creo recordar que pagaste tú (lo siento de nuevo).
......Aunque en algún momento pude aparentar ser la zorra que se acostó contigo con ojos de amor eterno y que luego desapareció, esfumándose a su mundo de cinismo en una nube de frivolidad, pienso en ti más ratos de los que tu poso de rencor te dejase creer. En cómo sería el mundo si los astros nos hubiesen bendecido. Tal vez ahora estaríamos arrancándonos la ropa y la piel. Tal vez las parejas de Ikea nunca creyeron en el Momento.

viernes, 8 de junio de 2012

De la probabilidad y los encuentros

A dos calles y tres minutos de allí, con sus mochilas cuatro baldosas por delante de donde yo dejé de abstraerme, un par de universitarios en efervescencia evaluatoria. De Estadística. Dice que la probabilidad. Creo que la teoría ni me la voy a mirar porque. La probabilidad/
.
A veces me replanteo mis mierdas racionales. Después de haberte rezado hoy cinco o treinta y tres veces, me sales mezclado de entre las pieles sudadas, de los bultos, los relojes, las prisas y las despedidas y los encuentros. Tú. La probabilidad. Y yo empiezo a replantearme si mis mierdas lógicas y materialistas. Precisamente, dos calles y tres minutos antes, sin que te hubiera buscado, Wally. Sin tener la necesidad/
.
Da igual lo que aquellos dos tres minutos y medio, dos calles más tarde, adelantados en baldosas por mí, que dejé de abstraerte asustada― aprendanmemoricenvomiten sobre la probabilidad. La probabilidad hoy nunca ha tenido sentido/

La musa no era visitada por el poeta

Escríbeme un poema, maldito, y luego te lías un cigarro. Escribe como se escribe cuando el calor te obliga a desnudarte, a masturbarte por aburrimiento o por necesidad o por vicio entre verso y verso. Escríbeme aunque yo no cotice mucho como musa, aunque sepa que debería dedicarme a otra cosa.
........Escribe el poema. Un poema. Una vez que lo tengas, sal a la calle y pégalo en la puerta de una iglesia. Yo fingiré des-esperarte en mi cama.

Unos haikuforismos que nunca presenté al concurso al que iban destinados

La biblioteca
tiene algo de templo
y de sagrado.

El libro guarda
todas las bibliotecas/
Qué paradoja.

Un olor blanco:
Aleteo de hojas
en el silencio.

La biblioteca
esconde a cierto ratón
que leyó a Joyce
Un nuevo género: Lo que quise hacer en un poema pero, por ineptitud propia, nunca llegó a escribirse en verso.
Lo relevante no era dónde estaba el Poeta, sino dónde creía que estaba.